Cuando el cuerpo nos habla. Trastornos Psicosomáticos. II Parte

18 de Abril de 2014 a las 01:04

Hasta ahora hemos visto que el cuerpo es un indicador que nos señala lo que nos pasa mediante síntomas psíquicos y físicos, y que si aprendemos a interpretarlo nos ayuda a mantenernos sanos.

Ahora veremos una secuencia del funcionamiento del cuerpo en relación al mundo interno y a qué puntos podemos prestar atención para conocerlo mejor.

 

LA RELACION ENTRE EL CUERPO Y LAS EMOCIONES

 

1. - Las personas experimentamos emociones: rabia, tristeza, ansiedad, miedo.

2 .- Las emociones pueden ser expresadas o no. Por ejemplo: podemos sentir tristeza y expresarla, o guardárnosla  dentro.

3. - Las emociones buscan vías de salida .

4.- Una de estas vías de salida es el cuerpo, que reacciona ante estas emociones a través de señales que se traducen físicamente.

5.- Estas reacciones físicas forman parte del funcionamiento natural del cuerpo y se materializan en mecanismos fisiológicos, como por ejemplo: taquicardia, sudoración, contracciones musculares, aumento de la presión arterial, etc.

6.- Si aprendemos a escuchar a nuestro cuerpo podemos identificar estas reacciones y también relacionarlas con qué  las origina, aunque a veces no somos conscientes de ello.

7.- Cuando no somos conscientes no les podemos dar un sentido para comprender qué nos pasa . Si eso forma parte de nuestra manera habitual de funcionar, es porque  percibimos el cuerpo separado de nuestros emociones como si las reacciones que tiene no tuvieran nada que ver con ellas.

8.- A veces esta manera de funcionar perdura en el tiempo: nos pasan cosas que nos afectan, pero no las podemos expresar porque no nos damos cuenta de que están relacionadas con nuestras emociones y estado de ánimo: cambios importantes, pérdidas, trasiego, etc .

9.- Cuando eso nos sucede, el mundo emocional se sobrecarga y el cuerpo puede comenzar a dar señales más claras: contracturas musculares repetidas, dolores articulares, aumento de la presión arterial, dolores de estómago, problemas de piel, dolor de cabeza, torceduras repetidas del mismo tobillo, lumbalgias, etc .

10.- Si estos síntomas físicos se van repitiendo podemos ir a ver al médico para que nos dé un diagnóstico y saber qué nos pasa ... Si por ejemplo nos da analgésicos porque tenemos migraña nos calmará el dolor de cabeza, pero si a la vez no nos ocupamos de relacionarlo con qué nos lo provoca, el tratamiento sólo será paliativo y es muy posible que las migrañas se cronifiquen.

11.- El médico deberá descartar las causas orgánicas, y si no son claras, investigar otros aspectos para valorar el origen del problema .

12.- Muchos de estos síntomas físicos tienen su origen en problemas psicológicos no detectados por nosotros y, por tanto, no resueltos; pueden ser conflictos con nosotros mismos o con otras personas que nos generan malestar.

13.- Identificar, comprender y resolver estos conflictos nos ayudará a disminuir la problemática psicológica y  a que desaparezcan los posibles malestares físicos .

14.- Es importante tener en cuenta que como el cuerpo somos nosotros, cuidarlo es un compromiso que establecemos con nosotros mismos y que escucharlo nos posibilitará averiguar qué nos pasa anímicamente.

15.- Este planteamiento puede comportar hacer frente a conflictos que a veces no queremos ver ni abordar, y que nos alejan de nuestra zona de seguridad. A veces " preferimos " un dolor de estómago antes que resolver el problema que lo provoca .

16.- Esta actitud se puede hacer crónica con los malestares físicos recurrentes y derivar en una enfermedad.

17.- Cuando decidimos afrontarlo estamos trabajando en la prevención y mantenimiento de nuestra salud, y esto implica aceptar que nosotros somos responsables y que no depositaremos continuamente en manos de otros la resolución de nuestros conflictos a menos que necesitemos ayuda.

18.- Pedir ayuda es una manera de reconocer que nos pasa algo, que hemos intentado resolverlo pero que necesitamos a un profesional para que nos oriente.

 

¿QUE SIGNIFICA UN TRASTORNO PSICOSOMATICO?

 

Los trastornos psicosomáticos son trastornos físicos o enfermedades debidas a un desequilibrio emocional que persiste durante tiempo y que no se resuelve. Las pruebas diagnósticas descartan el origen orgánico ya que resultan negativas.

Algunos ejemplos de trastornos psicosomáticos frecuentes son:

- Hipertensión arterial

- Fibromialgia

- Fatiga crónica

- Colon irritable

- Artritis reumatoide

- Úlcera péptica : gástricas o duodenales

- Dermatitis

- Asma

- Alteraciones de las tiroides

- Migrañas

- Y muchas otras

Observamos pues, como el cuerpo además de muchas otras cosas, es un localizador y traductor de nuestras emociones.

 

EL CUERPO Y EL SISTEMA INMUNITARIO

 

De la misma manera que cuando estamos en situación de peligro real el cuerpo se activa y se prepara para la fuga desarrollando todos los mecanismos necesarios para ponernos a correr: aumento de la presión arterial, vascularización del aparato locomotor, etc. , también cuando estamos estresados​​, al estar el cuerpo en estado de alerta, se prepara de la misma manera para defenderse de lo que sea, y aunque en ese momento no le sirva de nada, las respuestas fisiológicas son las mismas y también los gastos de energía.

El estrés provoca un estado de alerta permanente porque tenemos que hacer muchas cosas en menos tiempo del que necesitamos durante un periodo de tiempo sostenido, ( puede ser incluso un estilo de vida ), o por una serie de pensamientos generados por el miedo a no poder abarcar ciertos objetivos reales o imaginarios, o por la sensación de tener muchas cosas pendientes en nuestra vida que no hacemos o no afrontamos. Esta situación nos puede llevar a la insatisfacción crónica y esto repercute en nuestro sistema inmunitario ya que estamos permanentemente " preparados" para defendernos de cosas que no requieren este desgaste físico y psicológico, pero el cuerpo no lo discierne y todos los sus sistemas se disparan como poniéndose a punto para un ataque. Esto hace disminuir nuestros mecanismos de defensa porque el desgaste es continuado.

El sistema inmunitario es un conjunto de estructuras que tiene nuestro cuerpo que se ponen en funcionamiento para identificar y reaccionar ante los antígenos, (que son sustancias extrañas a él ), y para defendernos y protegernos de enfermedades. A veces el sistema inmunitario también reacciona en contra de órganos propios,( enfermedad autoinmune), o contra tejidos trasplantados, rechazándolos porque no los reconoce como propios. Es algo parecido a cuando nos pinchamos el dedo con un rosal y aparece una inflamación alrededor del pinchazo para expulsar el pincho, localizarlo en una zona y proteger al resto para que no se extienda la infección .

Pero, ¿qué ocurre cuando el cuerpo se pone en estado de alerta ante situaciones continuadas de estrés o cuando el estrés ya forma parte de nuestro sistema de vida? Pues que estos mecanismos de defensa que comentábamos antes debido al desgaste continuado se estropean  dejándonos más vulnerables ante posibles enfermedades o trastornos.

 

LA CONCIENCIA DEL CUERPO

 

El cuerpo " trabaja a nuestro servicio" y si no lo tenemos en cuenta, hablará por nosotros para avisarnos a través de los síntomas. 

Es importante darnos cuenta de que el cuerpo es un límite y que no podemos hacer con él cualquier cosa que no esté a su alcance. Aunque esto parece evidente a veces no nos damos cuenta.

Por ejemplo :

Cuando un atleta hace una carrera debe de tener en cuenta que su cuerpo tiene un límite y situarse en relación a este límite. Para cada persona los límites corporales son diferentes, y el atleta deberá encontrar cuál es el suyo, y le será más fácil o más difícil en función del grado de conciencia que tenga de su propio límite. Por lo tanto si le pide al cuerpo más de lo que puede tolerar le está perjudicando y bloqueando, y en estas situación el cuerpo hablará por él. Puede suceder que a media carrera ya esté agotado y al querer forzar más el cuerpo, se rompa un tendón o fibras musculares, o bien que tenga nun problema cardio- respiratorio.

No se trata de rendir al máximo, sino lo mejor posible, que es el máximo que podemos tolerar aunque queramos batir nuestra mejor marca.

Un límite, tanto físico como psicológico nos señala una frontera que debemos aprender a conocer y a respetar y que nos servirá para poder construir algo sobre una base sólida. Cuando el atleta lo tiene en cuenta puede llegar a hacer su mejor carrera. La mejor carrera no es la que uno desea si no la mejor que puede hacer según las condiciones físicas de ese momento .

Cuando no somos conscientes de nuestros límites nos ponemos en peligro, y entonces convertimos los límites en limitaciones. Cuando si somos conscientes podemos sacar no el máximo rendimiento, sino el mejor rendimiento posible.

Darnos cuenta de nuestros límites significa aceptar que los tenemos y que estamos dispuestos a conocerlos, y también significa contrastar los deseos con la realidad, y eso no nos gusta. Ello no significa dejar de tener deseos, proyectos o sueños, sino hacerlos posibles en función de nuestros verdaderos recursos, trabajar para que aumenten,  alcanzar otras metas y calibrar los nuevos límites, entonces convertimos el cuerpo en algo creativo que nos ayuda a expresarnos y a sacar de él el mejor, no el mayor  rendimiento.

El cuerpo nos ayuda, si lo cuidamos, a desarrollarnos como personas y nos muestra quiénes somos. El cuerpo y la imagen que tenemos de él es parte importante de nuestra identidad.