Ya lo haré mañana: La procastinación

21 de Septiembre de 2015 a las 12:35

¿Qué es la procrastinación?


Procrastinar, es el hábito de una persona de postergar las tareas o actividades que son prioritarias y sustituirlas por otras más secundarias o irrelevantes, y generalmente más agradables.

Cuando comienza un nuevo año o un nuevo curso, tenemos pequeños o grandes proyectos que nos gustaría conseguir, cosas que quisiéramos hacer, que nos hacen ilusión, y que tenemos el propósito de alcanzar. Pero muchas veces no llevamos a cabo este propósito, situación que se repite en el tiempo y no sabemos muy bien por qué.

¿Por qué creéis que nos resulta difícil a veces lograr nuestros proyectos? Ahora lo averiguaremos.


Los argumentos más habituales son:

  • El de la pereza. "Es que soy perezoso por naturaleza". Pero es una persona trabajadora.
  • El de la dificultad. "Esto es demasiado difícil para mí". Pero es una persona inteligente.
  • El perfeccionismo. "Se que si no lo hago exactamente como a mí me gustaría ya ni empiezo".
  • El del fracaso. ¿"Y si me sale mal?" Pero es una persona voluntariosa.
  • El de la impaciencia. "Es que esto tardará mucho en hacerse posible!".
  • El de la indecisión. "Es que siempre dudo, me cuesta decidirme".
  • El de la frustración. "Ay, mira, prefiero no empezar, total tampoco me saldrá".

 

Por todo lo cual vamos aplazando nuestros proyectos.



Es verdad que muchos de estos factores, como por ejemplo el de la dificultad, el de la frustración o el de la indecisión, a veces van implícitos cuando queremos hacer cosas nuevas, pero también es verdad que constituyen pequeñas trampas semiinconscientes que nos sirven de excusa para justificar nuestra actitud, actitud que además nos desagrada.



Hay dos tipos de procrastinadores ó personas que demoran las cosas pendientes.


Los ocasionales

Personas que dejan algunas cosas pendientes, pero otras no. Por ejemplo, cuando nos pegamos a internet como forma virtual de evasión para distraernos y no pensar en lo que tenemos pendiente.

Todo lo virtual, cuando se utiliza como un refugio, recrea en negativo, el mundo de una fantasía que no propicia unos pensamientos constructivos que podrian ser la antesala de un proyecto pequeño o grande.


Los crónicos

Los que demoran casi todo lo que quieren hacer. El trabajo queda perturbado por constantes interrupciones, distracciones y repeticiones, que a veces son interpretados como fallos de memoria que no lo son, y que actúan como aliados del autoboicot ante la posibilidad de un cambio.

Este tipo de actitud representa un patrón constante de funcionamiento, que configura y determina un modelo de comportamiento y un tipo de resultados.

¿Cuáles son pues los verdaderos motivos que hacen que nos cueste tanto empezar y terminar algo que nos gustaría alcanzar?


CAUSAS DE LA PROCRASTINACIÓN
 


La principal causa es el miedo. Y nos preguntaremos: ¿ miedo, qué?

  • A ir más allá, a avanzar, al futuro, a enfrentarnos a lo desconocido.
  • A salir de la zona de seguridad y confort.
  • A tener que plantearnos nuevos retos.
  • A sentirnos diferentes o no aceptado por nuestro entorno.
  • A renunciar a apoyarnos crónicamente en los demás.
  • A tomar decisiones que no hemos tomado nunca y que quizás nunca habríamos imaginado a donde nos llevarían.
  • A no poder compadecernos una y otra vez de que las cosas no nos salen como quisiéramos, o de que ."siempre hemos sido así y no podemos cambiar".
  • A comprometernos con las propias decisiones y con las consecuencias de nuestros actos sin hacer reponsables a los demás.
  • A no poder justificar más nuestra actitud atribuyendo a factores externos la causa de de nuestras dificultades.


El miedo a avanzar y a tener éxito, es curiosamente uno de los miedos más frecuentes. Erróneamente nos parece una contradicción, ya que conscientemente todos queremos salir adelante, pero cuando no escuchamos nuestro inconsciente, y los miedos que se esconden detrás de él, difícilmente podemos darnos cuenta de cuál es el problema. Dejarse sentir los miedos, identificarlos, nombrar-los y expressarlos, es lo que nos permitirá avanzar.
 

CONSECUENCIAS EMOCIONALES DE LA PROCRASTINACIÓN

 


 

Esta actitud de inmovilismo ante las cosas pendientes, tiene efectos emocionales, que se traducen en sentimientos y rasgos de carácter, expresándose también, en ocasiones, a través de los sueños que tenemos mientras dormimos.

Sentimiento de culpa.

Generada por la sensación de fracaso y por la frecuencia en que aplazamos nuestros proyectos, ya que de forma más o menos consciente, sabemos que surgirán nuevos "imprevistos" o excusas con las que justificamos nuestra conducta.

Insatisfacción

Resultante de la autoimagen negativa que nos creamos porque vemos como inevitable que nos vuelva a pasar, ya que pensamos o queremos pensar que no podemlos hacer nada para modificar nuestra actitud, y por tanto, no sabemos o no queremos saber cóm cambiarla.

Sensación de incapacidad

Pensamos que los demás tienen más facilidad que nosotros para este tipo de cosas y terminamos adoptando una actitud victimista mediante la cual nos excluimos del grupo "de afortunados", y nos incluimos en el grupo "de los que no pueden".

Sensación de estrés

Originado por el sentimiento de culpa respecto a la pérdida de tiempo, que tiende a cronificar nuestro comportamiento al respecto, creando un bucle obsesivo del que creemos que no podemos salir y que suele producir ansiedad, insomnio y pesadillas.
 


ACTITUDES DEL PROCRASTINADOR


Derrotista
Sensación de desánimo y pesimismo que aborta anticipadamente cualquier proyecto. Predomina la idea de que nada de lo que se emprende vale la pena.

Determinista
Se contempla la idea de que las cosas ya vienen predeterminadas, cosa la cual desprovee de sentido cualquier aspiración que se desee alcanzar, y el proyecto muere antes de nacer.

Actitud de queja
Se utiliza la lamentación y el descontento para neutralizar las posibilidades de salir adelante, y esta actitud se propaga a lo externo: situaciones y cosas que presumiblemente no se podrán cambiar. Generalmente se ponen trabas a opiniones y actitudes constructivas de otras personas, ya que la evidencia del éxito de los demás pone en cuestión nuestra supuesta incapacidad.

Todas estas actitudes son una forma de autoboicot que nos impide avanzar en la vida, y este atasco se manifiesta tanto a nivel emocional como a nivel práctico, siendo este segundo una consecuencia del primero.
 


 

CÓMO PODEMOS AVANZAR Y LOGRAR NUESTROS PROYECTOS

 

Evidentemente, podemos hacer una lista de unas cuantas ideas que nos ayudarán, a nivel práctico, en lo que queramos emprender, por ejemplo:

  • Hacer un orden de prioridades.
  • Enfocar el trabajo por pequeñas etapas porque son más accesibles.
  • Ponerse un plazo para terminar.
  • Trabajar en un lugar que permita pocas distracciones.

Elaborar una agenda para planificar el tiempo que dedicará al trabajo, y revisarla cada semana.
Gestionar bien la energía que necesitaremos.
Aprender a decir que no sin que nos cree malestar.


Pero, en la mayoría de casos, esto no es suficiente.

 
Lo primordial es hacer un poco de introspección e identificar y reconocer los miedos que tenemos ante un posible proyecto. Puede ser un pequeño o gran proyecto, y también puede ser un proyecto de vida: a dónde queremos ir como personas y como profesionales.
La consecución de un proyecto siempre conlleva cambios, a veces bastante importantes como para asustarnos, aunque esto nos cueste aceptarlo. Y todo ello no es por pereza, ni dificultad, ni impaciencia; no nos engañemos, estos aspectos son irrisorios junto a los cambios que implican el hecho de avanzar.
La dificultad no está tanto en la consecución del proyecto que queremos alcanzar, sino en los cambios que ello conllevará en nuestra personalidad y en nuestra manera de funcionar. Porque a medida que caminamos por este territorio desconocido, nuevo e interesante ampliaremos nuestra perspectiva y se nos plantearán nuevas preguntas, nuevos retos que nos llevarán más allá, pero que inevitablemente nos descubrirá de nuevo, nuevas dudas y nuevos caminos. ¿Os imagináis una aventura más apasionante?